Pues resulta que he venido a pasar el puente de la Constitución + Inmaculada a Málaga y justo coincidía que estaba aquí MTBSpain con un viaje de enduro organizado (Benalmádena/Alhaurín, el Chorro, Alkornoke Bike Park), así que hablé con ellos y me he unido al día del Chorro (el “Yosemite español”), que iban el domingo. Tenía muchas ganas de ir allí a montar en bici, cosa que no hacía desde hace 30 años… y la verdad es que mereció la pena.
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Como era con remontes y en vez del Garmin iba con el reloj de Apple, más la caída y el parón (me quedé dos o tres rondas en la furgo hasta que me “recuperé”) el track grabado es un desastre: tiene tramos de furgoneta, faltan bajadas que no sé por qué no grabó, tramos sin señal gps, … Así que ni lo pongo.
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La zona del Chorro es donde se sitúa el famoso Caminito del Rey, que recorre el desfiladero de los Gaitantes, formado por el río Guadalhorce. El caminito era originalmente una pasarela de servicio para las instalaciones hidroeléctrica aquí instaladas desde principios del s.XX (el camino se llama del Rey porque las obras las inauguró Alfonso XIII).
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Está situada en una zona montañosa entre los municipios de Álora (a donde pertenece), Ardales y Antequera y se caracteriza por su terreno calizo con áreas kársticas que recuerdan mucho al mítico parque americano de Yosemite, con desniveles muy acusados incluso paredes verticales, y una frondosa vegetación de coníferas. Ideal para el enduro. A mí me recuerda mucho a Aínsa, su Peña Montañesa y sus margas.
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Las bajadas que hice eran todas azules (me perdí la única roja por la caída), casi sin complejidad técnica, puro flow para dejar la bici correr y serpentear entre pinos. Empezamos haciendo dos veces una de las que baja a la aldea del Chorro (Fast and Loose 🔹 en Trailforks) y en la segunda fue donde tuve el accidente que luego contaré. Endiabladamente rápida donde los pinos pasaban a toda velocidad mientras curveabas esquivándolos. Como un videojuego.
Cuando me reenganché después de la comida, nos fuimos hacia Bobastro para hacer un par de veces un clásico de la zona, las Moab I y II (🔹), flow igual pero en otro escenario, discurriendo por zonas de roza caliza tipo las margas de Aínsa. Aquí iba con bastante prevención y probándome la muñeca tras la caída. Después, hicimos otras dos veces una que ya hizo el grupo por la mañana, las Ruinas de Bobastro (🔹). Llamadas así porque terminan en unas ruinas rupestres mozárabes del s.XI. Bajada fluida, sencilla, con algún tramo de más pendiente y un sacacorchos al final que le pone la guinda a la bajada. El sacacorchos son varias curvas enlazadas, muy empinadas, cerradas y con grandes peraltes que hace que uno vaya bajado encajado en un tubo con la susodicha forma.
Y ahora la caída. Bajaba por la Fast and Loose muy enchufado y calentito, un punto por encima de mi velocidad punta, generalmente más baja que la del grupo. Hasta ahí bien. En un momento me despisto y me salgo del camino. Paro, miro y veo que me he pasado de largo una curva donde no estaba muy marcada. Decido atrochar para volver al camino, que lo tenía a un metro y sólo tenía que bajar un mini talud de medio metro. Lo hago, paro y giro la bici en paralelo al camino para que pase uno de los compañeros que venía detrás. Me desequilibro, no consigo mantenerme sobre la bici y echo el pie izquierdo. Pero el suelo no estaba donde debería estar, sino metro y medio más abajo, pues estaba al borde del camino y justo ahí había un dique con una caída a la torrentera. Esa distancia la recorro libremente (con la bici por otro lado) hasta que doy con mis huesos en el suelo. Noto primero el impacto del peto integral con el suelo, lado izquierdo. Y luego noto que la visera impacta en el suelo y sale volando. Me quedo tumbado repasando mentalmente músculos y huesos, moviéndolos de uno en uno. No parece que haya nada roto. Respiro y veo que me duele la mano izquierda. Mario, nuestro guía me va palpando mano y muñeca sin notar dolor intenso. Puedo mover dedos y manos en todas las direcciones, con dolor, pero soportable y con movilidad. Así que todo queda en un susto. Gordo, pero susto.
En la comida, con el reposo, un Ibuprofeno e hielo recupero la compostura y me pruebo por la tarde haciendo las bajadas con más miedo que vergüenza. Hoy tengo un par de raspones en frente del casco (bendito MIPS) y la mano así de hinchada, pero con dolor contenido y funcional, aunque de forma limitada. Mañana probablemente vaya a hacerme una radiografía y en unos días al fisio.
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Tiene que ser una chulada esa zona... Yo solamente me acerqué en coche y tiene muy buena pinta...
Y las bajadas por lo que dices... Serían de las que me atrevería a hacer... A mi velocidad, eso sí jejejjee.
Menudo susto la caída, sí... Menos mal que no había más altura...
A recuperarse y mirarlo bien si te sigue molestando!