Tengo un poco abandonado este hilo porque la semana pasada salí tres días y apenas hice la crónica del viernes. Este sólo he salido un día con la bici y para hacer algo que muchos, seguramente, no calificaríais de ruta… y es que me pasé 6 horas en La Pinilla practicando un poco de descenso!
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Esta vez llevaba el GPS en la riñonera y lo dejé todo el tiempo registrando la ruta, por lo que la estadística sale un poco distorsionada y, además, hay un punto del track que parece que el Garmin se fue de paseo, pero si descontamos los 9 remontes en telesilla y el error salen unos 30 Km de puras bajadas y unos 2.500m de desnivel… negativo.
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Prácticamente abrimos el bikepark nosotros y, considerando que era domingo, no había ni cola en el remonte. El primer momento de tensión era colocar la bici en los soportes del telesilla, algo con lo que tenía pesadillas con parece Paco Martínez Soria ante tanto pro aunque luego fue bastante sencillo (más tarde descubrí que a un lado había un soporte similar para practicar). Superado ese trance, a subir con los nervios a flor de piel!
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Une vez arriba, y superado el segundo trámite de bajar la bici mientras la silla sigue en movimiento, los nervios no se iban. Siendo la primera vez, no sabía si iba a ser el más paquete en las pistas, si iba a ir molestando a los más rápidos, si mis compañeros de grupeta me iban a tirar por los senderos más complicados, si me iban a tener que esperar cada dos por tres… vamos, las dudas típicas de novato.
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Pero fue comenzar a bajar por la primera pista (Holybike) y empezar a sentir el flow. Ir bajando por un bosque de coníferas, por senderos estrechos, revirados, con mesetas para saltar sin el peligro de los dobles (más allá de hacer un planazo), con peraltes de todo tipo, un terreno inmejorable por las lluvias de los últimos días, … hace que se olviden todas les preocupaciones y que nos concentremos en conducir la bici.
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Fueron nueve bajadas en total: 6 antes de parar a comer un bocata, dos depués de comer, un descansillo porque los brazos y las piernas no me respondían ya para seguir bajando con seguridad, y una última para marcharnos a Madrid con una sonrisa de oreja a oreja.
Primero, como digo, fue la
Holybike (🔹) para calentar, y bien que calentamos! Empieza con un dubi y tres mesetas, a la que siguen varios peraltes más o menos cerrados, encadenando curvas bacheadas y rectas más o menos rápidas para encarar otras tres mesetas que te lanzan al cielo si no vas prevenido, pues son mucho más empinadas que las del principio. Luego, siguen curvas y más curvas, todas peraltadas que invitan a cogerlas con velocidad pero por un camino relativamente ancho. Cruzamos el cortafuegos y pasamos al otro lado de la divisoria marcada por los cables del telesilla y continuamos bajando por un sendero que se estrecha y se empina primero mientras baja hacia el río, hasta volver a enlazar de nuevo con el cortafuegos, desde donde bajamos hasta el telesilla por una línea con tres grandes mesetas que luego se devía por la izquierda.
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Con las manos agarrotadas por la primera bajada, volvemos a subir para acometer el segundo descenso, que luego repetiremos después de comer:
Retorno (🔹). Es el más físico con diferencia, por lo roto de la bajada y las continuas curvas cerradas que te exprimen el máximo de core, piernas y brazos (sí, bajar cansa un huevo). Tiene tres drops o cortados artificiales de diferente altura que yo NO me hago porque no me atrevo. Es la bajada más abierta, faldeando por una zona casi sin árboles y muy rocosa, de ahí lo físico de la misma.
Vuelta a subir, sin solución de continuidad, para la tercera de las bajadas, ya calentitos. Iba a ser la SX, con la que comparte el tramo final, que haremos después, pero me despisté del grupo y me tiré por la
Flow Line (🔹). El principio es el mismo de la Holybike, con sus mesetas, aunque en un punto nos desviamos hacia la derecha y nos adentramos en una zona más densa aún de pinar, lo que significa un sendero más estrecho y con más probabilidad de enganchar el manillar. El tramo final, es el más técnico, con un par de escalones con mucha pendiente, un peralte, y otra curva con todavía más inclinación. Acaba en el cortafuegos central con sus mesetas.
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Repetimos la Holybike para luego, desde el cortafuegos, enlazar con
Campeonato de España (🔺), donde un compañero compró una parcela tras engancharse con un árbol sin consecuencias para él, más allá del susto y la pérdida de confianza en lo que quedaba de jornada y una maneta de freno que quedó mirando a Cuenca. Siendo roja. La cosa se complica aquí sin llegar a ser imposible. Pasos muy estrechos, revirados, con raíces, escalones y pendiente. A estas alturas nada que nos asuste. Algún drop también, convenientemente equipado con su chicken line.
Para arriba y vuelta a coger la entrada de la Holybike para ir a hacer
Ardillas (🔺). También roja, tiene un inicio bastante hardcore, con una bajada casi vertical con su escalón seguida de curva a izquierdas, con su apoyo peraltado, que ayuda un montón. A partir de ahí es algo más asequible para, un poco más adelante, unirse con Campeonato de España.
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Y la última antes de comer fue
The River (🔹), la más expuesta al barranco, donde uno se harta de tomar curvas y curvas y más curvas mientras desciende al mismísimo río que le da nombre a la pista. Mientras uno baja, puede llegar a ver por el rabillo del ojo a los pros auténticos que disfrutan de la Patrol que es negra y, como tal, tiene pasarelas de madera con saltos y un vacío en medio que da miedo sólo de mirarlo.
Paradiña a comer, cafetito y a reanudar la marcha repitiendo la
SX (🔹), esta vez bien hecha y luego la Retorno, que a mí me dejó baldao… decidí parar un rato porque veía que los brazos podrían dejar de responderme en algún momento y terminar en el suelo. Tras un par de bajadas de mis compis, que aprovecharon para hacer un par de negras, me reenganché para terminar el día con la Flow Line.
Un gran día disfrutando de otra forma de hacer mountain bike acercándome a una disciplina como el descenso que, sinceramente, no imaginaba tan dura ni tan física. Y eso casi sin dar pedales…
En breve, andanada de vídeos y, si me animo, sensaciones con la Occam.