No es ningún secreto que Girona, es uno de los grandes destinos del ciclismo de carretera en Europa. Son varios los equipos profesionales que entrenan en sus hermosos puertos de montaña y las costas cercanas, accesibles durante buena parte del año. La infraestructura para el ciclismo, la amabilidad de los conductores y el excelente estado de los caminos son también grandes incentivos para el desarrollo de este deporte, no por nada esta ciudad alberga anualmente el evento Sea Otter Europeo. Algunos ciclistas profesionales, incluso, se han asentado definitivamente en la ciudad. Uno de estos ha sido Christian Meier, ciclista canadiense-alemán que ha participado en las más importantes carreras, como lo demuestra su participación El Tour de Francia en 2014.
Christian, retirado en 2016, se asentó definitivamente en Girona tras dejar los circuitos profesionales, fundando junto con su esposa una cafetería en el barrio antiguo de la ciudad. Un proyecto que, según la pareja “nada tendría que ver con el ciclismo”, pero que pronto se encontró rodeado de ciclistas y apasionados del café. Este entorno familiar, despreocupado y particularmente multicultural, dio paso al siguiente gran proyecto de los Meier.
Es así cómo nació el concepto de The Service Course, una especie híbrida entre tienda de bicicletas, museo y agencia de viajes que, en 2017, fue catalogada por el diario inglés The Telegraph, cómo la que probablemente sea la mejor “tienda de bicicletas del mundo” aunque al conocerla veremos que, curiosamente, lo que menos hacen es vender bicicletas.
La intención es clara al llegar al lugar, menos es más me explica la encargada de darnos a mí y a mi esposa un tour por las instalaciones. Esto es evidente al ver el diseño industrial y cuidado de todas las superficies. No se ve nada fuera de sitio, las piezas de equipo y ropa están cuidadosamente ordenadas en muebles industriales diseñados a medida que encajan armoniosamente en el amplio espacio.
De hecho, nada te indicaría al pasar por el Carrer Nord, una discreta calle del centro de Girona paralela a la zona comercial, que estás frente a un referente del ciclismo turístico, salvo por un discreto letrero color rosa y café que indica el nombre del local (recientemente acompañado de un dibujo mural en el escaparate que, para ser sinceros, es bastante menos conspicuo).
Al entrar notas rápidamente que no se trata de una tienda convencional, en sentido estricto tienen pocas bicicletas. El espacio de la entrada muestra 2 bicicletas artesanales, de acero con componentes de alta gama, pero más que instrumentos de aventura parecen evocar una emoción o referencia casi publicitaria. Al centro, se organizan de manera muy estética varias bicicletas montadas con la misma fórmula, cuadros artesanales de acero, componentes de muy alto nivel y, algunas, con pintura también personalizada. Nos explican que estas son las bicicletas estrella de alquiler, entre las que se encuentra una que es propiedad del mismo Christian y que lleva unos bellos tonos evocando un paisaje. En formato carretera o gravel es fácil pasar horas, si eres aficionado como yo a los componentes mecánicos, la calidad de la mano de obra de los cuadros hechos a mano, así como la calidad de las piezas, montaje y pintura. Es, sin lugar a dudas, una oportunidad única montar estas máquinas por uno, dos o más días en los alrededores de Girona.
La tienda, parte museo, parte agencia de viajes y parte tienda de ciclismo cumple todas las funciones que se le requieren de sobra. Espacios generosos y bien iluminados, instalaciones atractivas y cómodas, excelente trato y diseño. No es de sorprender que no deje de mencionarse a la tienda en el mundo del ciclismo de turismo, así como en varios foros y sitios web. La decoración es evidentemente mantenida en un mínimo útil y los elementos que destacan en esta son todos relacionados al ciclismo, como varios Jerseys de ciclistas profesionales, las tablas del velódromo de los juegos olímpicos de Barcelona o los trofeos que adornan una estantería cerca del área central.
Así mismo, el lounge o sala de estar, despreocupadamente situada al final del espacio nos invita a sentarnos, disfrutar de un snack o bebida en el sofá, aprovechar la TV que se utiliza para dar seguimiento a eventos deportivos o, simplemente, relajarnos mientras conversamos sobre las últimas salidas, experiencias, rutas o componentes de las bicicletas.
Pero veamos, ¿qué nos ofrece exactamente? En primer lugar hay que considerar que, como local, podemos encontrar equipo de primera calidad, componentes mecánicos de alta gama y servicio de taller para la bicicleta. Algunos complementos básicos de nutrición y, desde luego, servicios como masajes terapéuticos, consejos y tips de entrenamiento, entre otras cosas. Ahora bien, donde The Service Course brilla es si eres turista y vienes a Girona a dar pedales.
Se encargan desde recibirte al llegar al aeropuerto, ofrecerte alojamiento en una zona inmejorable y alimentarte en los mejores restaurantes de la ciudad hasta darte la bicicleta, un GPS con rutas programadas, entrenamiento personalizado, masajes post-ride y todo el equipo necesario para disfrutar de la experiencia.
El modelo de negocio parece simple, pero lo que realmente lo hace funcionar y ser único es la dedicación del equipo detrás de la empresa. El trato amable, personalizado, detallista y, desde luego, profesional. Por no decir nada de la experiencia.
The Service Course no vende bicicletas, viajes o equipo, en realidad, venden un recuerdo, una experiencia. La experiencia de visitar una encantadora ciudad, conocer los majestuosos alrededores, probar excelente comida, hacer amistades duraderas, todo, con el trasfondo del ciclismo, que sirve, sin lugar a dudas, como el elemento que nos une a todos. No entraré en detalles sobre las marcas, modelos de bicicleta, exclusividad de componentes que manejan por que, seamos sinceros, todo esto es secundario, a como les he dicho, lo principal, el valor real, está en la experiencia. Ustedes ¿qué opinan?
Christian, retirado en 2016, se asentó definitivamente en Girona tras dejar los circuitos profesionales, fundando junto con su esposa una cafetería en el barrio antiguo de la ciudad. Un proyecto que, según la pareja “nada tendría que ver con el ciclismo”, pero que pronto se encontró rodeado de ciclistas y apasionados del café. Este entorno familiar, despreocupado y particularmente multicultural, dio paso al siguiente gran proyecto de los Meier.
Es así cómo nació el concepto de The Service Course, una especie híbrida entre tienda de bicicletas, museo y agencia de viajes que, en 2017, fue catalogada por el diario inglés The Telegraph, cómo la que probablemente sea la mejor “tienda de bicicletas del mundo” aunque al conocerla veremos que, curiosamente, lo que menos hacen es vender bicicletas.
La intención es clara al llegar al lugar, menos es más me explica la encargada de darnos a mí y a mi esposa un tour por las instalaciones. Esto es evidente al ver el diseño industrial y cuidado de todas las superficies. No se ve nada fuera de sitio, las piezas de equipo y ropa están cuidadosamente ordenadas en muebles industriales diseñados a medida que encajan armoniosamente en el amplio espacio.
De hecho, nada te indicaría al pasar por el Carrer Nord, una discreta calle del centro de Girona paralela a la zona comercial, que estás frente a un referente del ciclismo turístico, salvo por un discreto letrero color rosa y café que indica el nombre del local (recientemente acompañado de un dibujo mural en el escaparate que, para ser sinceros, es bastante menos conspicuo).
Al entrar notas rápidamente que no se trata de una tienda convencional, en sentido estricto tienen pocas bicicletas. El espacio de la entrada muestra 2 bicicletas artesanales, de acero con componentes de alta gama, pero más que instrumentos de aventura parecen evocar una emoción o referencia casi publicitaria. Al centro, se organizan de manera muy estética varias bicicletas montadas con la misma fórmula, cuadros artesanales de acero, componentes de muy alto nivel y, algunas, con pintura también personalizada. Nos explican que estas son las bicicletas estrella de alquiler, entre las que se encuentra una que es propiedad del mismo Christian y que lleva unos bellos tonos evocando un paisaje. En formato carretera o gravel es fácil pasar horas, si eres aficionado como yo a los componentes mecánicos, la calidad de la mano de obra de los cuadros hechos a mano, así como la calidad de las piezas, montaje y pintura. Es, sin lugar a dudas, una oportunidad única montar estas máquinas por uno, dos o más días en los alrededores de Girona.
La tienda, parte museo, parte agencia de viajes y parte tienda de ciclismo cumple todas las funciones que se le requieren de sobra. Espacios generosos y bien iluminados, instalaciones atractivas y cómodas, excelente trato y diseño. No es de sorprender que no deje de mencionarse a la tienda en el mundo del ciclismo de turismo, así como en varios foros y sitios web. La decoración es evidentemente mantenida en un mínimo útil y los elementos que destacan en esta son todos relacionados al ciclismo, como varios Jerseys de ciclistas profesionales, las tablas del velódromo de los juegos olímpicos de Barcelona o los trofeos que adornan una estantería cerca del área central.
Así mismo, el lounge o sala de estar, despreocupadamente situada al final del espacio nos invita a sentarnos, disfrutar de un snack o bebida en el sofá, aprovechar la TV que se utiliza para dar seguimiento a eventos deportivos o, simplemente, relajarnos mientras conversamos sobre las últimas salidas, experiencias, rutas o componentes de las bicicletas.
Pero veamos, ¿qué nos ofrece exactamente? En primer lugar hay que considerar que, como local, podemos encontrar equipo de primera calidad, componentes mecánicos de alta gama y servicio de taller para la bicicleta. Algunos complementos básicos de nutrición y, desde luego, servicios como masajes terapéuticos, consejos y tips de entrenamiento, entre otras cosas. Ahora bien, donde The Service Course brilla es si eres turista y vienes a Girona a dar pedales.
Se encargan desde recibirte al llegar al aeropuerto, ofrecerte alojamiento en una zona inmejorable y alimentarte en los mejores restaurantes de la ciudad hasta darte la bicicleta, un GPS con rutas programadas, entrenamiento personalizado, masajes post-ride y todo el equipo necesario para disfrutar de la experiencia.
El modelo de negocio parece simple, pero lo que realmente lo hace funcionar y ser único es la dedicación del equipo detrás de la empresa. El trato amable, personalizado, detallista y, desde luego, profesional. Por no decir nada de la experiencia.
The Service Course no vende bicicletas, viajes o equipo, en realidad, venden un recuerdo, una experiencia. La experiencia de visitar una encantadora ciudad, conocer los majestuosos alrededores, probar excelente comida, hacer amistades duraderas, todo, con el trasfondo del ciclismo, que sirve, sin lugar a dudas, como el elemento que nos une a todos. No entraré en detalles sobre las marcas, modelos de bicicleta, exclusividad de componentes que manejan por que, seamos sinceros, todo esto es secundario, a como les he dicho, lo principal, el valor real, está en la experiencia. Ustedes ¿qué opinan?
Adjuntos
Última edición: