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Limpieza, lubricación y engrase

mario

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Esta es la operación más importante de mantenimiento de la bicicleta y también la más olvidada, porque, al menos para mí, es bastante coñazo. Sin embargo, debería hacerse después de cada salida si hay restos de barro o polvo, o cuando observemos que la suciedad empieza a hacerse visible, especialmente en la transmisión, lo que equivale una vez cada no muchas salidas (depende bastante del terreno). Un buen mantenimiento en este sentido alargará la vida de los componentes de la bici y evitará problemas en el cambio, la frenada y molestos chirridos.

El material que vamos a necesitar es el siguiente:

  • cubo (y si disponemos de una manguera mejor que mejor)
  • [líquido lavavajillas (biodegradable si es posible)
  • esponja
  • cepillo grande y cepillo específico para bici (en su defecto un cepillo de dientes)
  • trapo
  • desengrasante (opcional)
  • aceite específico para bicicleta
  • Y si disponemos de un caballete pues ya lo bordamos.



Hay gente que lava la bici con una manguera de lavado a presión de coches. Es una verdadera tentación (¿quién no lo ha hecho?) pero absolutamente desaconsejable. Y sobre todo, jamás hay que proyectar directamente el chorro a presión (ni siquiera con una manguera normal) sobre los bujes o el pedalier. Por muy estancos que sean les puede entrar agua, algo nefasto para los rodamientos.

Dicho esto, veamos por etapas como proceder al LAVADO.

Lo primero será dar un remojón general a la bici con el cubo lleno de agua (sin detergente) y la esponja. Si tenemos una manguera podemos darle una ducha en plan aspersor e insisto, con cuidado de no apuntar a los bujes ni al pedalier.
Si la bici tiene barro en los bajos y la transmisión lo eliminamos a golpe de cepillo y agua. La parte dentada de plástico del cepillo para bicis sirve para eliminar el barro entre los piñones.

Una vez eliminado lo gordo pasamos al lavado propiamente dicho, esta vez llenando el cubo con agua jabonosa (cualquier lavavajillas va bien) y caliente si es posible. Para el cuadro, la horquilla, el manillar y el sillín será suficiente la esponja (atención a los sillines de cuero o los que no se puedan lavar directamente). Después atacaremos con el cepillo para eliminar todo resto de suciedad y grasa, especialmente en la transmisión (piñones, platos, desviadores, cadena, pedales y bielas) y las levas de los frenos (V Brake). Con el cepillo para bicis limpiaremos los rincones más inaccesibles. También limpiaremos las ruedas (llanta y neumático por si hubiera esquirlas que pudieran causar un pinchazo). El objetivo final es desengrasar las partes de la bici que están lubrificadas ya que posteriormente engrasaremos sobre limpio (ni que decir tiene que NUNCA hay que engrasar una transmisión sin limpiar y desengrasar previamente: sólo conseguiremos que se forme una pasta grasosa de suciedad muy perjudicial para el buen funcionamiento de la bici).

Si tenemos desengrasante en spray especial para bicis podemos usarlo para un acabado impecable, pero con paciencia podemos conseguir el mismo resultado con agua jabonosa y de forma más ecológica. Pero ojo, nunca rociaremos desengrasante sobre los bujes o el pedalier.

Un componente que merece especial cuidado es la cadena. La limpiaremos con el agua jabonosa y el cepillo de bici, parte plana. Después, con la rueda trasera en el aire (hay que buscarse la vida si no tenemos caballete), giramos los pedales y la secamos con el trapo entre los dedos. Podremos ver como aún queda grasa que va pasando al trapo. Hacemos esto usando diferentes partes del trapo para terminar de limpiarla lo mejor posible.
Después, aclaramos con la manguera en plan aspersor o con el cubo de agua y la esponja.
Y para terminar, secado con un trapo limpio.

Entramos en la fase de LUBRICACIÓN. Usaremos aceite especial para bicicletas. Los componentes a lubricar son:

Cadena. Mientras giramos los pedales ponemos unas gotitas de aceite a lo largo de toda la cadena, en su parte interior y en el tramo que queda en la parte baja. Si lo hacemos en la parte exterior del tramo de cadena que queda arriba, la fuerza centrifuga provocada al girar los pedales hace que el aceite penetre peor en los eslabones de la cadena. Cuando la cadena esté bien lubricada seguimos girando los pedales y cambiamos a todos los piñones y platos para que estos se lubriquen a su vez con el propio aceite de la cadena. No hay poner mucho aceite, unas gotitas a lo largo de todo el tramo de cadena bastarán.

Desviadores. Echamos una gota (literalmente una gota) de aceite en cada extremo del eje de giro de los paralelogramos y de los ejes principales del cuerpo y de cada roldana del desviador trasero. A continuación los movemos con la mano para que el aceite penetre bien. De nuevo damos unas vueltecitas de pedal pasando por todos los piñones y platos.
Frenos. Ponemos una gota en el eje de giro de cada leva de freno y accionamos sucesivas veces las manetas para que penetre.

Cables de desviadores y frenos. Desencajamos los tramos de camisa de los cables para acceder a ellos. Los limpiamos con un trapo (si están oxidados habrá que cambiarlos) y les echamos una gotita de aceite (o grasa) que extenderemos con los dedos a lo largo del mismo. Esto hace que el cable corra bien dentro de la camisa y no haya problemas de imprecisión en el cambio o en la frenada.
Ejes de giro del sistema de blocaje en pedales automáticos.

Por último, hay ciertas operaciones de ENGRASE que se pueden realizar una o dos veces al año. Esta vez utilizaremos grasa para bicicletas y no aceite. La grasa se utiliza generalmente para piezas donde hay rodamientos (juego de dirección, bujes y pedalier) o para evitar el gripaje y conseguir la estanqueidad de ciertos elementos (tornillería, rosca del pedalier, tija del sillín y potencia a rosca). El aceite es necesario para la lubricación de elementos donde hay articulaciones mecánicas (transmisión y frenos). Las operaciones anuales son:

Limpieza y engrase de la tija del sillín. La desmontamos, la limpiamos eliminando la grasa vieja tanto de la tija como de la parte interior del tubo del cuadro donde se aloja, la engrasamos y la volvemos a montar (antes de sacarla marcar el nivel al que está fijada para volver a montarla en su posición exacta). Esta operación es importante porque evita que pueda entrar agua en el interior del cuadro y además elimina posibles chirridos.

Engrase de la tornillería. Los tornillos de la bici generalmente son de acero y se pueden oxidar con el paso del tiempo. Es conveniente poner una gotita de grasa en la parte de la base de la cabeza del tornillo, especialmente en los de la tija del sillín y la potencia (Ahead).

Si nuestra bici tiene potencia clásica de rosca, hay que desmontar, limpiar, desengrasar y volver a engrasar sus componentes: la tija, la pipa, el tornillo y la tuerca.

En cuanto al juego de rodamientos de la dirección normalmente no habrá que tocarlo. Yo sólo he desmontado el mío una vez después de muchos años para limpiarlo y engrasarlo, porque se agarrotaba un poco. Es una operación que hay que hacer con cuidado y sólo si es necesario. Si tenemos algún problema con la dirección lo mejor es llevar la bici al taller para que nos sustituyan los rodamientos.

Fuente: http://nosinmibici.com/
 

ImTheDanger

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Buenas!

Perdona que no dijera nada, ya fue añadido a la Recopilación de bricos ;)
Muchas gracias, muy útil la información.
 
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