El sábado, que se levantó lluvioso y ventoso y con todos los alrededores embarrados tras irse la nieve de Filomena, se lo dediqué a la mecánica de la KTM. Quien haya seguido el hilo del problema que tuve con el núcleo Mavic ID360 por ausencia de mantenimiento, sabrá que eso me ha obligado a tener esta bici en dique seco hasta, primero descubrir la solución al problema de bloqueo del núcleo en el eje y, segundo, una vez resuelto, recibir las piezas de sustitución (me ha costado el dinero también). Más detalles aquí:
[URL unfurl="true"]https://www.mtberos.com/tema/problema-nucleo-mavic-id360-imposible-sacarlo-para-mantenimiento.15044/page-2#post-193762https://www.mtberos.com/tema/problema-nucleo-mavic-id360-imposible-sacarlo-para-mantenimiento.15044/page-2#post-193762[/URL]
Pues bien, tras recibir núcleo y eje nuevos (junto con otras cositas para el mantenimiento de las bicis), este fin de semana he procedido a la restitución de la transmisión, aprovechando para darle un buen flete a la misma, desengrasando a fondo y lubricando las partes móviles del cambio con aceite de teflón (una gotita en los puntos de giro del paralelogramo).
Aprovechando que tenía la bici en el potro, le miré la dirección, pues la última vez me quedé mosca con el funcionamiento de los rodamientos sellados y, además, este otoño ha sufrido mucho barro, humedad y limpiezas en la gasolinera. La última vez que abrí la dirección era verano y le puse una buena capa de grasa (yo uso la Park Tool HPG-1, compatible con carbono). La grasa se ha comportado muy bien, aunque no ha evitado coger suciedad en el punto más en contacto con el exterior, como se aprecia en la foto de cuando saqué ayer la horquilla. La dichosa lanza de la gasolinera, y mira que le doy a buena distancia... pero es que no tengo otra opción viviendo en un piso...
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Y, en efecto, el rodamiento inferior estaba más o menos, no rascaba pero no lo veía suave girando y, además, rezumaba porquería por la junta interna del mismo. Y el de arriba, estaba directamente petado. Lo he abierto y han aparecido rodamientos sueltos de la jaula y literalmente semiesféricos al estar comidos por un lado. La cámara del móvil no permite fotos de detalle muy cerca, pero creo que se aprecia la idea (no es suciedad, es la superficie metálica que está así):
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Curiosamente el de arriba estaba peor que el de abajo, más expuesto. Se lo achaco al efecto del sudor.
Así que pedido de urgencia a Amazon de los correspondientes rodamientos tras investigar cuáles son los de la medida adecuada (es un mundo lo de los rodamientos de dirección!) y esta mañana los tenía en casa. Así que me he dispuesto a montarlos por la tarde, ya que no es una tarea que se tarde mucho (al fondo se ve cómo estaba uno de los rodamientos).
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Después de limpiar bien con alcohol isopropílico la base donde asientan sendos rodamientos (mi dirección es integrada y, por tanto, no lleva cazoletas) le he dado una buena capa de grasa. Me mosquea que en la parte de abajo, la base estaba manchada de marrón, como de óxido, que no puede ser por ser carbono, y no se ha quitado del todo. Crucemos los dedos.
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Siguiendo los consejos de “los Luises” (RideOn Riders & Mechanics), le he dado una buena capa de grasa a los rodamientos, incluidas las juntas para aumentar el sellado y que no entre porquería dentro.
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Y el resto del procedimiento para terminar de montar la dirección es de sobras conocido. Por cierto, no he hecho foto pero también le he puesto grasa al tornillo de la dirección para que haga barrera y evitar que se cuele por ahí el sudor y la humedad (y, de paso, que no gripe esa rosca). Una buena limpieza a los sobrantes de grasa una vez montado todo, centrado de la dirección con la bici en el suelo y a probarla.
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Y como consejo final a quien me haya aguantado hasta aquí: cuidad vuestros bujes (sobre todo el trasero, que incluye el núcleo) y las direcciones. No lo dejéis para última hora, especialmente si abusáis de los lavados de gasolinera y os va meteros en el barro y los charcos.