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La verdad que en aquella época era todo muy diferente. Pero claro, también el calendario era diferente, los objetivos y la presión de los equipos, el material... Así luego se veían las petadas que se veían en carrera. Era todo muy inconsistente, muy aleatorio. Pero eso humanizaba bastante al ciclismo y le daba ese punto de épica.

Luego, en España, el pionero en profesionalizar los equipos, los entrenamientos, material, etc fue, para bien y para mal, Manolo Saiz con la ONCE, y luego se sumaría el Banesto en los años intermedios de los Tours de Miguelón. Y yo creo que a partir de ahí, se fue el tema del rendimiento deportivo de las manos y empezó el festival del dopaje que culminó con las megaestructuras como US Postal y Armstrong.